Psicoterapia para niños y adolescentes
Psicoterapia para niños y adolescentes: comprender lo que no siempre se puede decir con palabras
La infancia y la adolescencia son etapas de grandes cambios, descubrimientos y desafíos. A veces, estos procesos pueden generar angustias o comportamientos que preocupan a quienes acompañan el crecimiento de un niño o adolescente. La psicoterapia ofrece un espacio de confianza donde, a través del juego, la palabra y la escucha, se puede dar lugar a lo que cada uno siente y necesita expresar.
Este trabajo no se limita al niño o adolescente: también incluye a madres, padres, educadores y profesionales, porque el acompañamiento emocional es una tarea compartida. Más allá de diagnósticos o etiquetas, el objetivo es respetar la singularidad de cada historia y evitar intervenciones que apunten solo a silenciar los síntomas. En lugar de medicalizar el malestar, se busca comprenderlo y abrir un camino hacia el bienestar emocional y la construcción de vínculos más saludables.

La psicoterapia no impone respuestas, sino que ayuda a construirlas desde la palabra y la reflexión.
Tratamientos

Ansiedad y Fobias
En la vida cotidiana, todos enfrentamos situaciones que generan preocupación o nerviosismo. Sin embargo, cuando estos sentimientos se intensifican o se vuelven constantes, pueden transformarse en una carga emocional difícil de manejar. Es en este punto donde conceptos como la ansiedad y la fobia adquieren un papel central. La ansiedad puede definirse como una perpetua anticipación de lo negativo, mientras que la fobia se manifiesta como un esfuerzo por dominar esa ansiedad.

Amor y Sexualidad
Existen diferentes formas de relacionarse con el otro, así como también la posibilidad de no relacionarse —o, al menos, de minimizar ese contacto al máximo. En términos generales, y corriendo el riesgo de simplificar algo tan complejo, el amor y la sexualidad son temas que nos permiten explorar lo que somos como sujetos atravesados por el deseo. Y cada respuesta a ese atravesamiento es única

Familias
La familia es el primer escenario donde se forman nuestros vínculos, creencias y formas de sentir. Muchas veces, sin darnos cuenta, llevamos cargas, repeticiones o silencios que nos afectan en el presente. Explorar estas herencias no es culpar, sino entender: reconocer lo que se transmite, lo que se espera de nosotros y lo que deseamos realmente. La psicoterapia ofrece un espacio para revisar esas marcas, darles un nuevo sentido y elegir, con mayor libertad, cómo queremos vivir nuestras relaciones y nuestra historia.

Depresión
Sentirse triste, desmotivado o sin energía durante un tiempo puede parecer parte de la rutina. Pero cuando ese malestar se vuelve persistente y empieza a teñirlo todo —las relaciones, el trabajo, los deseos—, es importante detenerse y escuchar. La depresión no siempre grita; muchas veces se esconde detrás del silencio, el cansancio o el desinterés. Comprenderla no implica reducirla a un diagnóstico o a una fórmula química, sino abrir un espacio donde ese sufrimiento pueda ser nombrado, escuchado y transformado.

Crisis
Hay momentos en los que la vida se desordena y lo que antes parecía claro deja de tener sentido. Las crisis no avisan: simplemente irrumpen, dejando una sensación de pérdida, confusión o vacío. Pero también pueden ser una oportunidad. Una invitación —dolorosa, sí— a detenernos, repensarnos y reconstruir desde otro lugar. La psicoterapia ofrece un espacio para atravesar ese proceso con acompañamiento, sin apurar respuestas, pero abriendo preguntas que permitan transformar el malestar en posibilidad.