Ansiedad y Fobias
Ansiedad y fobia: cuando el miedo se vuelve parte del día a día
En nuestra vida diaria, es normal sentir preocupación o nerviosismo de vez en cuando. Pero cuando estos sentimientos aparecen con frecuencia o se vuelven muy intensos, pueden empezar a afectar nuestro bienestar y nuestra forma de vivir.
La
ansiedad puede entenderse como una sensación constante de que algo malo va a pasar, incluso cuando no hay una razón clara. Por otro lado, una
fobia es como una estrategia que nuestra mente crea para intentar controlar esa ansiedad, centrándose en un miedo muy específico (como volar, los espacios cerrados o ciertos animales, por ejemplo).
Tanto la ansiedad como las fobias pueden volverse muy limitantes, pero también pueden ser comprendidas, trabajadas y transformadas con el acompañamiento adecuado.
El exceso de exigencia puede generar angustia, ataques de pánico y una sensación de desamparo
Tratamientos

Amor y Sexualidad
Existen diferentes formas de relacionarse con el otro, así como también la posibilidad de no relacionarse —o, al menos, de minimizar ese contacto al máximo. En términos generales, y corriendo el riesgo de simplificar algo tan complejo, el amor y la sexualidad son temas que nos permiten explorar lo que somos como sujetos atravesados por el deseo. Y cada respuesta a ese atravesamiento es única.

Familias
La familia es el primer escenario donde se forman nuestros vínculos, creencias y formas de sentir. Muchas veces, sin darnos cuenta, llevamos cargas, repeticiones o silencios que nos afectan en el presente. Explorar estas herencias no es culpar, sino entender: reconocer lo que se transmite, lo que se espera de nosotros y lo que deseamos realmente. La psicoterapia ofrece un espacio para revisar esas marcas, darles un nuevo sentido y elegir, con mayor libertad, cómo queremos vivir nuestras relaciones y nuestra historia.

Depresión
Sentirse triste, desmotivado o sin energía durante un tiempo puede parecer parte de la rutina. Pero cuando ese malestar se vuelve persistente y empieza a teñirlo todo —las relaciones, el trabajo, los deseos—, es importante detenerse y escuchar. La depresión no siempre grita; muchas veces se esconde detrás del silencio, el cansancio o el desinterés. Comprenderla no implica reducirla a un diagnóstico o a una fórmula química, sino abrir un espacio donde ese sufrimiento pueda ser nombrado, escuchado y transformado.

Crisis
Hay momentos en los que la vida se desordena y lo que antes parecía claro deja de tener sentido. Las crisis no avisan: simplemente irrumpen, dejando una sensación de pérdida, confusión o vacío. Pero también pueden ser una oportunidad. Una invitación —dolorosa, sí— a detenernos, repensarnos y reconstruir desde otro lugar. La psicoterapia ofrece un espacio para atravesar ese proceso con acompañamiento, sin apurar respuestas, pero abriendo preguntas que permitan transformar el malestar en posibilidad.